Casi siempre digo volver a lugares
donde se que nunca más voy a volver a pisar.
Termino convenciéndome de que existe la posibilidad
de volver a sentir las mismas sensaciones, aunque sé que ni siquiera las busco.
Pienso en regresar pero recuerdo y mi mente me aleja.
Miles de veces estoy al borde del abismo de caer en la tentación
y mágicamente mis pies corren de ese lugar salvándome una vez más.
Siempre justo a tiempo de romperme otra vez.